Las cosas no se ven igual a los 20 que a los 50 y ni siquiera a los 30 que a los 40 años. Las prioridades vitales y las circunstancias son diferentes en cada momento. Con la edad se gana experiencia y se pierde arrojo. Da igual, si estrenas los 20 o si estás a punto de jubilarte, todo el mundo puede cometer fallos con su dinero.
Estos errores financieros pueden condenar tu futuro porque con el dinero, cuenta más evitar fallos que tener grandes aciertos. Por eso, hemos reunido los errores con tu dinero que debes evitar según tu edad: a los 20, 30, 40, 50 y 60 años:
ÍNDICE
- 1 Los 8 fallos con el dinero que debes evitar a los 20 años
- 1.1 Vivir como tus padres
- 1.2 Hipotecarte la vida
- 1.3 No preahorrar tus subidas de sueldo
- 1.4 Pensar “ya ahorraré cuando tenga un sueldo mayor”
- 1.5 Tener mejor coche que tu vecino
- 1.6 Acostumbrarte a tirar de tarjeta de crédito
- 1.7 No separar tus ahorros de tus ingresos
- 1.8 No aprovechar el interés compuesto
- 2 Los 7 fallos con el dinero que debes evitar a los 30 años
- 3 Los 7 fallos con el dinero que debes evitar a los 40 años
- 4 Los 5 fallos con el dinero que debes evitar a los 50 años
- 5 Seguir sin sentarte con un asesor financiero
- 6 Los 5 fallos con el dinero que debes evitar a los 60 años
- 7 Seguir arriesgando parte de tu patrimonio
Los 8 fallos con el dinero que debes evitar a los 20 años
Equivocarse es un derecho de los jóvenes, y los veintitantos es una época en la que abundan los errores. Es un momento para vivir nuevas experiencias, descubrir el mundo y poco a poco ir entrando en la vida adulta.
Desde la universidad hasta el primer trabajo, la aventura de vivir fuera de casa… El camino hacia la madurez es largo y en él harás amistades que durarán toda tu vida, tendrás tiempo para divertirte, experimentar, probar y, por su puesto, equivocarte. Lo importante es que aprendas de tus fallos durante el proceso, pero si además puedes evitarlos, todavía será mejor.
Estos son los errores financieros más habituales a los 20 años y qué hacer para evitarlos.
Vivir como tus padres
Dicho de otra forma, vivir por encima de tus posibilidades o mantener un estilo de vida que no es el que corresponde a tus ingresos. Tus padres llevan toda una vida trabajando y es normal que ganen más que tú y puedan permitirse muchas cosas que tú no, desde vivir en un determinado barrio hasta viajar o comprarse el último móvil, si es que quisiesen.
Debes asumir este hecho. Cuánto menos tardes en hacerlo antes sabrás amoldar tu estilo de vida a tus posibilidades y evitarás caer en el siguiente error típico de los veinteañeros.
Hipotecarte la vida
¡Y no tiene por qué ser con una casa!. Todos los errores financieros que cometas a los 20 años tendrán sus consecuencias, pero no todas serán igual de nocivas. Si tratas de vivir por encima de tus posibilidades, es muy fácil que te endeudes y acabes hipotecándote la vida y convirtiéndote en esclavo de las deudas.
Si debes dinero al banco vivirás para devolverlo y deberás amoldar toda tu vida a esa deuda. No tendrás libertad para hacer lo que quieras porque necesitarás obtener unos determinados ingresos que te permitan devolver la deuda. Si tu trabajo no te gusta no te podrás permitir el lujo de dejarlo o de explorar nuevas posibilidades profesionales en otros sectores porque si lo haces podrías no atender tus obligaciones económicas y lo mismo puede aplicarse a cualquier otra cuestión. Cuando te endeudas, te conviertes en esclavo de la deuda, algo que no deberías hacer tan pronto en tu vida. Si quieres comprarte una casa o hacer ese gran viaje, ¡adelante!. Pero hazlo con las cuentas claras y habiendo preahorrado para conseguirlo.
En el caso de la vivienda no te recomendamos que te endeudes a más de 15 años y aquí puedes ver por qué.
No preahorrar tus subidas de sueldo
Con la entrada en el mundo laboral verás como tus ingresos se disparan. Pasarás de cobrar cero o 200 euros como becario a tener un sueldo de 800 euros y de ahí a superar los 1.000 euros. La mayoría de personas desaprovechan este aumento de ingresos para construir su libertad financiera y amoldan su estilo de vida a los nuevos ingresos. Es lo que se conoce como la trampa de los gastos crecientes y que básicamente ilustra como no importa tu salario, cuanto más tengas más gastarás. Por eso hay grandes directivos con sueldos de seis cifras a los que no les alcanza o que viven al día.
¡No hagas como la mayoría! Si ya estás cómodo con tu nivel de vida y gastos, preahorra las subidas salariales para lograr tus objetivos financieros más rápido. De esta forma pasarás de ser un preahorrador más a ser uno de los mejores. La diferencia entre preahorrar 100 euros al mes o preahorrar 200 euros en periodos de tiempo largos es más del doble.
Para que lo entiendas mejor, nada como un ejemplo.
Imagina que Juan preahorra e invierte cada mes esos 100 euros de los que hemos hablado desde que tiene 22 años. Si consigue un 5% anual cuando alcance los 40 años habrá acumulado 35.446,8 euros y 13.846,8 euros solo en intereses, que no está nada mal. Pedro también empezó preahorrando 100 euros al mes, pero cuando le subieron el sueldo a los 25 años decidió preahorrar ese aumento de 100 euros. En su caso, cuando llegue a los 40 años tendrá 65.225 euros, de los cuales 24.455 euros serán solo intereses.
Pensar “ya ahorraré cuando tenga un sueldo mayor”
No hay mejor momento para preahorrar que ahora. Nunca vas a encontrar la ocasión perfecta para recortar tus gastos, aunque consigas dinero extra porque la sociedad actual ofrece demasiados estímulos consumistas y porque nuestro cerebro está programado para buscar la gratificación inmediata en lugar de pensar a largo plazo.
Dicho de otra forma, es más fácil entrar en una espiral de gastos crecientes que poner en orden tus finanzas, presupuestar y ahorrar. Recuerda que cuanto antes empieces menos capital necesitarás para alcanzar tu libertad financiera gracias al poder del interés compuesto.
Tener mejor coche que tu vecino
Es muy habitual dejarse llevar por la sociedad y consumir por encima de tus posibilidades o al límite de ella. Si tu vecino se acaba de comprar un flamante Audi tú no vas a ser menos, ¿o es que acaso tienes menos éxito en la vida?. Este planteamiento está en la base de muchas conductas consumistas que te llevarán a comprar cosas que no necesitas realmente solo porque el resto también lo hace.
Aprende a pensar en tus necesidades y adquiere el hábito de consumir en función a ellas y no a lo que dicta la etiqueta social. En otras palabras, ten peor coche que tu vecino si tu vehículo cumple con la función que necesitas, haz el viaje que tú quieres y no ese exótico que todo el mundo dice que debes hacer y vive de acuerdo a tus prioridades. Recuerda que cuanto mayor es tu nivel de gasto, más lejos estás de conseguir tu libertad financiera.
Acostumbrarte a tirar de tarjeta de crédito
Cualquier banco va a intentar que tengas una tarjeta de crédito y no de débito. Y lo peor es que tener acceso rápido y fácil a la financiación que ofrece puede llegar a ser tan cómodo que terminará convirtiéndose en un hábito y antes de que te des cuenta puedes terminar atrapado con una deuda que te cobrará más del 10% en concepto de intereses.
La mejor forma de evitar el problema es decir que no a las tarjetas de crédito y pasarte a las de débito. Aquí te contamos las diferencias entre ambas y por qué deberías usar la de débito.
No separar tus ahorros de tus ingresos
La mayoría de jóvenes opera con una sola cuenta corriente, lo que hace que ahorro, gastos e ingresos estén en un único lugar. El resultado es que los gastos terminan comiéndose lo poco que llegas a ahorrar.
Contrata una segunda cuenta a la que enviar el dinero que ahorras cada mes para evitar gastártelo sin apenas darte cuenta. Al tener tu ahorro separado de la cuenta que usas para tus gastos te costará más usarlo porque no estará ‘a mano’ y porque mentalmente es más complicado usar ese dinero que sabes que estás guardando para un objetivo diferente.
No aprovechar el interés compuesto
Si con 20 años ahorrases dos euros al día, llegados los 65 años podrías tener un millón de euros. ¿Cómo es posible? Gracias a la magia del interés compuesto y en este caso a una rentabilidad del 12% anual, un porcentaje quizás algo exagerado.
El interés compuesto funciona mejor en periodos muy largos de tiempo y su poder es mayor cuando más capital acumulado hay.
Además del tiempo, la otra variable clave para no desaprovechar la fuerza del interés compuesto es la rentabilidad que consigas por tu dinero. Imagina que dos amigas, Cristina y María, cuentan con 10.000 euros cada una para invertir. Cristina es más conservadora y acude al banco, donde le dan un 0,5%, mientras que María logra un jugoso 4% anual. Al final del primer año, Cristina tendrá en su cuenta un total de 10.050 euros, mientras que María habrá ganado algo más, 10.400 euros. Así que María empezará el segundo año con 350 euros más que Cristina.
Al final del segundo año, Cristina tendrá en su cuenta lo que tenía al final del primer año más lo correspondiente a 0,5% de intereses, que da un total de 10.100 euros. María, por su parte, tendrá 10.400 euros más el 4 % de intereses, es decir, 10.816 euros, La diferencia entre las dos es de ya 716 euros.
En un periodo de 10 años la distancia entre una y otra es abismal. Cristina tendrá 10.511,4 euros y María 14.802,4 euros. Como puedes ver, pequeñas mejoras en la rentabilidad suponen grandes cambios cuando aplicas el interés compuesto.
Por eso mismo, si quieres ser como María, te recomendamos que busques a un experto financiero que te ayude a rentabilizar tus ahorros. Puedes aprender sobre finanzas y de hecho te animamos a que lo hagas, pero nada como un asesor para guiarte por este camino. De igual forma que aunque te guste la arquitectura, nunca diseñarías los planos de tu casa, no hagas lo mismo con tus ahorros y busca un profesional.
👉 ¿Necesitas más ideas? Aquí puedes ver 10 consejos de dinero para estudiantes.
Los 7 fallos con el dinero que debes evitar a los 30 años
La treintena es el paso definitivo a la madurez, en buena medida por el aumento de responsabilidades. Los despreocupados 20 han quedado atrás y esta es una etapa para empezar a construir tu futuro. Estos son los 7 errores financieros que debes evitar a los 30. ¡No caigas en la trampa!
Hipotecarte la vida
Un tercio de los españoles que compraron casa en 2014 (38%) tenía entre 35 y 44 años según el portal Fotocasa. La treintena es el momento elegido por muchas personas para sentar la cabeza y centrar su lugar de residencia.
No hay nada malo en comprar casa, pero hacerlo sin un plan e hipotecándose para los próximos 35 años es una locura. Con todo préstamo lo que estás haciendo es adelantar ingresos futuros al momento actual y es complicado asegurar cuál será tu nivel de ingresos en un plazo tan elevado. Pero más te vale asegurarte de que consigues por lo menos la cuota de la hipoteca porque el banco va a reclamar que la pagues cada mes. Sin darte cuenta te habrás convertido en esclavo de la deuda.
Una hipoteca a tan largo plazo es como una enorme ancla que te ata no sólo a la casa, sino a determinados trabajos que te permitan conseguir el dinero para pagar la deuda. Estarás limitado profesionalmente. Y ese no es el único mal de la deuda. Con un préstamo tan largo pagarás casi el doble por tu casa. ¿No te lo crees? Para una hipoteca de 137.000 euros a 35 años y un interés del 5% terminarás abonando 153.540 euros sólo en intereses.
Eso no quiere decir que no debas comprar casa, sólo que debes enfocarlo desde un punto de vista diferente para no hipotecar tu vida al hacerlo.
Endeudarte para pagar tu boda
La treintena es el momento que muchas parejas eligen para formar su relación y pasar por la vicaría, pero como ocurre con la casa, hay diferentes formas de hacerlo. Todo el mundo quiere tener la boda de sus sueños y estos sueños no suelen ser precisamente baratos. Casarse cuesta una media de 16.000 euros en España, una cifra que no está al alcance de todos los bolsillos.
En lugar de rebajar sus expectativas o ahorrar para poder pagarse la boda es relativamente normal pedir un préstamo. Financiar tu boda supone que comenzarás el matrimonio atado a una deuda que tendrás que pagar y las tensiones económicas son una de las principales causas de las rupturas de pareja. Además, de nuevo ‘dejarás’ parte de tu dinero en los intereses que te cobrará el banco.
Para que lo tengas más claro, para un préstamo de 15.000 euros a un 9% (tipo medio para estas operaciones) y a cinco años, el coste real de la boda, intereses incluidos, se elevará hasta los 18.682,8 euros.
👉 Puedes tener una boda 10 sin salirte del presupuesto, si sabes cómo: cómo ahorrar en tu boda sin renunciar a nada.
No construir tu libertad financiera
Nunca es tarde para empezar a ahorrar y construir tu libertad financiera, pero llegados los 30 años el tiempo empieza a apremiar y a jugar en tu contra, sobre todo si dejas pasar los 35, 36, 37… sin hacer nada. Y, sin embargo, mucha gente no piensa en su futuro económico hasta pasados los 35. De hecho, según los datos de ING, un 30% de las personas cree que es la edad ideal para contratar un plan de pensiones. Con esto no queremos decir que debas contratar este producto ni mucho menos –en este post te contamos lo que nadie te cuenta sobre los planes de pensiones -, pero sí que los españoles empiezan demasiado tarde a tomar el control de sus finanzas.
No hagas como el resto y empieza ya mismo a construir tu futuro económico.
Meterte en la trampa de las tarjetas de crédito
En España hay 43,2 millones de tarjetas de crédito, casi una por habitante, y todo indica que su número seguirá subiendo. Bancos y entidades financieras son los primeras en promocionar su uso y las ventajas de no tener que manejar efectivo. El problema de las tarjetas es que resulta extremadamente fácil caer en el círculo vicioso del crédito y empezar a pagar todos los meses unos intereses que rondarán el 12% en el mejor de los casos. Basta con que te retrases un mes en los pagos.
Hoy en día las tarjetas de débito ofrecen prácticamente los mismos servicios sin darte crédito y, por lo tanto, evitar que te endeudes. Descubre cómo elegir las que necesitas.
Tener mejor coche que tu vecino
Es normal querer mantener el mismo nivel de vida que tu entorno e incluso existe cierta presión social por hacerlo. En teoría, poseer determinadas cosas es sinónimo de estatus social y reflejo de éxito. Si me puedo permitir un Audi o un BMW es que soy un triunfador. Lo que ocurre es que tener todas estas cosas supone abrazar también unos enormes gastos que debes ser capaz de cubrir todos los meses con tus ingresos.
Deja de pensar en el resto y empieza a pensar en ti mismo, en tus objetivos financieros y tus necesidades. ¿Realmente valoras tanto el coche que tienes o te serviría otro? ¿Es necesario cambiarlo cada tres años o puedes aguantar con él? Aplica esto al resto de ámbitos financieros y ten peor coche que tu vecino, tu libertad financiera te lo agradecerá.
Parar todo por la llegada de los hijos
No hay acontecimiento que cambie tanto la vida de una persona como la llegada de un hijo. Las españolas tienen su primer hijo a los 30,4 años (Eurostat) y en muchos casos paralizan todo plan financiero para atender las nuevas necesidades familiares.
La premisa es que un hijo supone un aumento de gastos y que por lo tanto es necesario dejar aparcados, por lo menos durante un tiempo, los planes de ahorro. Nada más lejos de la realidad. De hecho, la lógico dicta que con el nuevo miembro será todavía más importante el construir la libertad financiera de la familia y empezar a preahorrar para gastos que tarde o temprano llegarán como la universidad, por poner un ejemplo.
No dedicar recursos a tu formación
Durante la treintena es normal pensar que ya se ha alcanzado el grado de capacitación deseado y que hay que dejar de invertir en formación. Desde un punto de vista profesional es fácil que lleves ya tiempo en un mismo trabajo o realizando un tipo de actividades similares que ya dominas y que pienses que no es necesario aprender más. Sin embargo, en el actual entorno laboral, la formación continua es prácticamente imprescindible.
La relación entre el nivel de formación y el salario es un hecho y puede que, sin saberlo, estés a un solo curso de conseguir un ascenso o el cambio laboral que llevas tanto tiempo buscando. Un informe de Randstad destaca que la tasa de ocupación de las personas con formación académica elevada es del 85,7%, muy por encima de quienes solo tienen estudios de secundaria, por ejemplo.
No dejes de formarte y mejorarás tu capacidad para aumentar tu sueldo y conseguir más ingresos en general.
Los 7 fallos con el dinero que debes evitar a los 40 años
Aunque se supone que empiezan con una crisis, los 40 son una época de madurez y esplendor a diferentes niveles, empezando por el profesional. En ese momento de tu vida aúnas experiencia, contactos y potencial de crecimiento como no has tenido hasta ahora y como no tendrás más adelante.
Esta experiencia no te protegerá de cometer errores, tanto en el ámbito laboral como en el económico. En cada etapa de la vida hay fallos que se repiten con más frecuencia y estos son los errores financieros más habituales a los 40.
Inversiones estrafalarias
Todo tránsito de década sirve para hacer balance, pero el tránsito de los 30 a los 40 es especialmente crítico para la mayoría de personas por los cambios físicos que empiezan a experimentar y porque muchos ven el nuevo decenio como símbolo de envejecimiento o de dejar atrás la juventud. Según distintos estudios, ellos tienden a optar por una vuelta atrás y por poner énfasis en el plano físico y ellas a buscar el crecimiento personal. Todo esto tiene una traducción financiera: más gasto por un lado y embarcarse en inversiones cuestionables, por no decir absurdas, por otro.
Los cuarenta marcan el momento de retomar los proyectos olvidados como ese bar que siempre habías pensado en montar con tus amigos… Y tranquilo que si no se te ocurre a ti seguro que a alguno de tus amigos de toda la vida sí y os propone a todos que os unáis. Un bar puede ser un gran negocio, pero también uno de los que más tiempo requiere para sacarlo a flote y de los más difíciles de gestionar. Desde Montar un bar y sobrevivir estiman que para un local de 100 metros cuadrados hace falta una inversión de entre 110.000 y 180.000 euros. Como es lógico, el capital sube cuanto más grande sea el bar.
Cambia el bar por la tienda de cómics, un negocio de organización de eventos o una tienda de cosas de cuando eras joven y tendrás el mismo resultado. Lo que suele ocurrir es que al hacer balance de lo conseguido puede faltar en el currículum de experiencias profesionales esa parte de emprendedor y al sentir que la juventud se escapa, nada más sencillo para recuperarla que vivir esos sueños que no pudiste ver cumplidos. Cuidado con hacerlo y con emprender desde el corazón sin hacer bien tus cuentas.
El 34% de los emprendedores tiene entre 35 y 44 años, según el Mapa del Emprendimiento de South Summit’15. Pero ni siquiera tienes por qué montar tú el negocio, es fácil que simplemente hagas las veces de inversor. Los cuarenta también es una época en la que es fácil que prestes o te pidan prestado dinero, sobre todo si ya tienes un puesto directivo. De nuevo, piénsatelo dos veces antes de hacerlo. Desde un punto de vista estrictamente objetivo lo que debes preguntarte es si invertirías en ese negocio si no fuese una persona conocida quien te lo propone.
En caso contrario, haz números y trata de desvincularte de la parte afectiva y emocional. Si pese a todo quieres emprender, es posible que encuentres fórmulas mejores y más alineadas con tu actual pasión.
No empezar a generar ingresos pasivos
Una cosa es que no inviertas en proyectos de tu juventud y otra diferente que no tengas que emprender de ninguna forma. Uno de los errores más repetidos a en esta etapa es no aprovechar ese momento para empezar a generar ingresos pasivos. A los 40 años acumulas suficientes conocimientos y experiencia como para poder lanzarte a la aventura sabiendo qué te puedes encontrar en tu área de negocio. A esto tienes que sumar tus contactos, que si has emprendido en algún momento descubrirás que pueden ser tan importantes como la propia idea de negocio.
Si piensas que ya es tarde para emprender, el siguiente gráfico de Fundersandfounders.com debería abrirte la mente. Imperios como Starbucks, Coca-Cola o Ford los iniciaron cuarentones.
Tampoco hace falta que pongas en marcha una multinacional. Basta con que te pares a pensar en cuáles son tus fortalezas, si puedes encontrar una fórmula para que se conviertan en una fuente de ingresos de bajo mantenimiento más allá del trabajo (por ejemplo, impartiendo cursos o escribiendo un libro) y si te apetece hacerlo.
Más allá del emprendimiento, la inversión es otra fórmula para obtener ingresos pasivos. Si todavía no has empezado a sacar partido a tu dinero, deberías hacerlo.
👉 Mira aquí 5 ideas para generar ingresos pasivos
No haber terminado de pagar la primera casa e ir a por la segunda
Comprar una casa e hipotecarse la vida es un error clásico de los treintañeros que se arrastra hasta las siguientes etapas de la vida, generalmente a lo largo de décadas. Llegados los 40 es habitual que el aumento del salario y de la familia lleve a pensar que comprar una segunda casa para las vacaciones es una necesidad y una fórmula de ahorro. Nada más lejos de la realidad.
Es un típico ejemplo de gastos crecientes a ingresos crecientes. El razonamiento habitual suele ser: todos los años me gasto 4.000 euros en las vacaciones, por un poco más me compro una casa en la playa que voy pagando y así tengo algo que es mío. El problema es que esa nueva vivienda llegará con su correspondiente hipoteca, generalmente a varios años para abaratar la cuota mensual, y de nuevo estarás pagando un precio altísimo por los intereses. De hecho, es fácil que la casa de la playa acabe costando el doble de su precio. Aquí puedes comprobar que los números no engañan.
Al margen del despilfarro en forma de intereses, lo que esta compra supone es asumir más riesgo financiero. Ante una eventual caída de los ingresos ese gasto seguiría ahí mes tras mes y no se podría reducir. Todo ello por no hablar que prácticamente estarías limitando tus opciones de veraneo a un solo lugar.
Otra variante de este error es comprar una casa más grande vendiendo o no la primera. Si se vende la primera casa se estaría de todas formas asumiendo más deuda –a la cantidad que resta por pagar del préstamo se suma el sobrecoste del nuevo piso-. Sin embargo, lo peor es que pagarás muchos más intereses porque de nuevo alargarás el plazo del préstamo y porque con los sistemas de amortización de la hipoteca durante los primeros años prácticamente sólo pagas intereses y no capital.
Dejar pasar la oportunidad para aprovechar el interés compuesto
Para que el interés compuesto despliegue todo su potencial necesita tiempo. La década de los 40 empieza a marcar un punto de no retorno para sacar el máximo partido a esta herramienta. Esto no quiere decir que no sea útil pasados los 40, sólo que perderá fuerza. En el siguiente gráfico puedes ver la evolución del interés para una persona que empieza con 5.000 euros y ahorra 100 euros al mes con una rentabilidad del 5%.
En los últimos años es cuando la curva se dispara, algo que puedes comprobar mejor en este otro caso con un tipo de interés superior, del 8%.
Uno de los problemas adicionales de empezar tarde es que es más difícil obtener altas rentabilidades por tu dinero. El motivo es fácil y tiene que ver con lo que se conoce como horizonte temporal en las inversiones que, cuanto más elevado, más riesgos permite asumir. Toda inversión busca obtener rentabilidad en un determinado espacio de tiempo. Si ese espacio es amplio, se pueden asumir más riesgos porque hay margen para recuperarse de errores y caídas. Cuando el espacio es menor, no puedes ser tan agresivo, ya que cualquier fallo puede hacer que no tengas todo tu capital cuando lo necesites.
Para que lo entiendas mejor, si tienes que invertir a dos años prácticamente no podrás arriesgar y tendrás que conformarte con un producto que te dé poca rentabilidad, pero que no sufra caídas, que no sea volátil. Así, te asegurarás de qué pasados dos años tendrás por lo menos tu dinero. Por el contrario, si inviertes a 35 años en los primeros años, puedes arriesgar más y apostar por productos con mayor potencial de rentabilidad y más volatilidad. Pasado el tiempo, cuando por ejemplo resten cinco años para que se cumpla el cuarto de siglo, ya cambiarás a una política más conservadora porque entonces no podrás asumir tantos riesgos.
No sentarse con un asesor financiero
Este es quizás el mayor error de todos, ya que soluciona por sí solo casi todos los anteriores. Un asesor financiero te ayudará a aprovechar el interés compuesto porque con él invertirás y también te permitirá generar ingresos pasivos a través de tus inversiones e incluso te puede alertar sobre el uso que haces de tu dinero. Bastará con preguntarle si ese bar que tienes en mente es una buena decisión desde el punto de vista financiero.
Con un asesor financiero también evitarás seguir invirtiendo a los 40 como si tuvieses 30 años, otro error clásico. Tal y como hemos explicado al hablar del horizonte de la inversión, a los 30 años puedes invertir en activos con más volatilidad (riesgo) porque no necesitarás recuperar el dinero en mucho tiempo y, por lo tanto, puedes apostar por generar rentabilidad frente a preservar tu capital. Una década más tarde dispones de menos margen y por lo tanto debes ir reduciendo tu exposición al riesgo, que todavía será menor a los 50 años y casi inexistente a partir de los 55 años de edad.
👉 Contactar con un asesor financiero, no realizar este camino tú solo, es quizás la mejor decisión.
No ser capaz de prever tus gastos
Hay determinados gastos en la vida relativamente fáciles de planear. Si tienes hijos sabes que habrá un momento en el que deberás pagar sus estudios. Incluso en la universidad pública el coste medio de la matrícula universitaria asciende a 1.323 euros al año, según un informe de Yaq.es, a lo que hay que sumar materiales y alojamiento en caso necesario. Es un dinero fácil de presupuestar y un coste que sabes que terminará llegando.
Empieza el programa Objetivo Libertad Financiera y no cometerás estos ni otros errores. ¡Apúntate!
Los 5 fallos con el dinero que debes evitar a los 50 años
Los 50 son una etapa de madurez en la que se supone que debes tener tu vida ya encarrilada. Esto no es sinónimo de estancamiento, pero sí de que ya has recorrido más de la mitad del camino y deberías haber recogido los frutos de tus esfuerzos y ver cómo crece lo que has ido sembrando. Para hay cinco errores financieros a los 50 años que debes conocer y evitar.
A los 50 te quedan menos años para llegar a la jubilación de los que has trabajado y ya deberías de haber andado parte del camino hacia la libertad financiera. Sin embargo, no haber empezado a ahorrar está entre los fallos más habituales, aunque no es el único.
Estos son los errores financieros que debes evitar a los 50 años.
No tener la jubilación solucionada
En España la edad de jubilación está fijada en los 65 años y alcanzará los 67 años en 2022. Una vez cumplas los 50 tendrás 17 años para conseguir el dinero para el tipo de retiro que te hayas planteado. Puede parecer mucho tiempo, pero en términos de inversión no es tanto.
Si todavía no has empezado a ahorrar para la jubilación, hazlo ahora mismo. No esperes ni un minuto más, deja de leer este post, haz cuentas y empieza a preahorrar ya mismo. Llegados a este punto no se trata de una recomendación, sino de una obligación.
En 17 años tus opciones para juntar el capital que necesitas para tu jubilación son limitadas, ya que, para empezar, no podrás aprovechar del todo el poder del interés compuesto y tu capacidad de asumir riesgos estará mermada por ese horizonte temporal. Si a estas alturas no tienes la jubilación solucionada, repasa tu presupuesto y busca fórmulas para acelerar el ahorro y adaptarte a un nivel de consumo menor o sufrirás el golpe al jubilarte.
Y si ya tienes tu plan, nunca está de más repasar su marcha con tu asesor. La entrada en los 50 es un gran momento para reevaluar tus objetivos para la jubilación y ver si tu plan para alcanzar la libertad financiera te permitirá lograrlos.
Seguir sin sentarte con un asesor financiero
Si llegado a este punto tienes el mismo plan de pensiones que contrataste cuando tenías 30 años, o fuiste muy cauto entonces o estás siendo demasiado temerario ahora. Al igual que tus necesidades vitales cambian según vas cumpliendo años, también debería hacerlo la distribución de tus ahorros.
En términos generales, deberías ir reduciendo el riesgo de tus inversiones conforme se acerca la edad de jubilación. La razón radica en que cuanto menor es el plazo de la inversión más conservadora debe ser esta porque no hay tiempo para recuperarse de los errores. Dicho de otra forma, si necesitas el dinero invertido en un plazo de tres años, tu prioridad es no perder ese dinero, aun a costa de que los beneficios sean menores. Por el contrario, si tienes 40 años por delante, la rentabilidad debe ser tu objetivo.
Saber cómo invertir según tu edad y en qué es muy importante.
Si todavía no lo tienes claro, sentarte con un asesor financiero puede ayudarte a aclarar tu mente e invertir mejor.
No hablar de finanzas personales con tus hijos
En este punto de la vida deberías tener clara la importancia de saber gestionar adecuadamente tus finanzas personales. Sólo tienes que reflexionar sobre qué habrías hecho a los 20 años con los conocimientos que tienes ahora y pensar en tus hijos. Todavía estás a tiempo de ayudarles a enfocar de forma diferente su relación con el dinero e incluso con el trabajo.
No hace falta que les hagas partícipes de todas las decisiones o de tu presupuesto concreto, pero sí de que poco a poco vayan integrándose en la economía familiar. Ayúdales a familiarizarse con los trámites básicos relacionados con la gestión del dinero para que vayan aprendiendo a tomar decisiones financieras y que no acusen la presión de hacerlo de golpe cuando sean mayores.
Además, al compartir estas cuestiones estarás mejorando tu relación con ellos, entenderán mejor las presiones a las que estás sometido e integrarán las conversaciones sobre dinero como algo natural, no como un tema tabú.
No prever tus gastos
Al igual que a los 40 años, a los 50 hay una serie de gastos que son fáciles de prever, como los cambios de coche, electrodomésticos y por, supuesto, los estudios de los hijos. El coste medio de la matrícula universitaria asciende a 1.323 euros al año según un informe de Yaq.es y a esta cantidad deberás sumar materiales y alojamiento en caso necesario. Es un dinero fácil de presupuestar y un coste que sabes que terminará llegando. Si todavía no has comenzado a preahorrar, hazlo ahora.
Si llegado el momento no dispones de ese dinero, deberás decidir entre usar el ahorro a largo plazo que hayas acumulado, es decir, el dinero de tu jubilación y de tu libertad financiera, o guardarlo. No hay una decisión acercada en este punto, ya que, por un lado, estás jugando con el futuro de tu hijo y por otro con el tuyo propio. Al final será cuestión de prioridades personales.
Volver a hipotecarse
Es relativamente habitual comprar casa a partir de los 50 años como segunda residencia. El problema es que se suelen repetir los errores pasados al adquirir la vivienda, empezando por alargar la hipoteca para pagar menos cuota.
Antes de comprar la casa de la playa haz números y valora si de verdad la necesitas. A partir de ahí piensa que en apenas 17 años tus ingresos pueden no ser los mismos –estarás jubilado- y que además vas a necesitar seguir ahorrando para tu libertad financiera. Aquí puedes calcular cuánto pierdes por hipotecarte.
Otro error clásico que puedes arrastrar desde que tenías 40 es no haber aprendido a generar ingresos pasivos para complementar tu salario o tener la tentación de rejuvenecer recuperando sueños emprendedores pasados. Antes de tomar una decisión medítalo.
Los 5 fallos con el dinero que debes evitar a los 60 años
La década de los 60 años marca el final de la vida laboral para la mayoría de las personas. La edad legal de jubilación en España está fijada en los 65 años y alcanzará los 67 años en 2022, por lo que cumplir los 60 es el inicio de la cuenta atrás hacia el retiro.
El hecho de que la jubilación esté tan cerca debería hacernos extremar las precauciones y evitar a toda costa cualquier error financiero que pueda arruinar lo logrado hasta este punto. Estos son algunos de los fallos más habituales en la gestión financiera a los 60.
Tener una casa que no ajusta a tus necesidades
La vivienda es la mayor inversión de una familia y buena parte terminará de pagarla cerca de los 60 años. El problema es que, llegado ese momento, no todos siguen necesitando una casa de tres habitaciones, más pensada para una familia que para una pareja con hijos mayores que han volado del nido.
Aunque la casa ya esté pagada y no quede hipoteca por afrontar, una vivienda más grande siempre supondrá más gastos. Para empezar, el gasto energético y de conservación será mayor, pero también pagarás más impuestos a través del IBI, por poner dos ejemplos. Aquí puedes comprobar el coste real de ser propietario.
Mantenemos la vivienda familiar por cuestiones sentimentales, por todo lo vivido en ella y por si acaso los hijos la necesitan en algún momento, algo que al final rara vez suele suceder. A esto se suma el componente hereditario, ya que la casa es el principal bien que pasa de padres a hijos. En este sentido, no siempre es necesario vender la casa para obtener un crédito financiero. De hecho, traspasarla puede tener un alto coste fiscal en forma de impuestos por la venta. Una solución alternativa pasa por alquilar la vivienda de tres habitaciones y marcharte a vivir de alquiler a una que se adapte mejor a tus necesidades actuales.
Entre las ventajas de apostar por el alquiler destaca el tener libertad para poder vivir donde quieras, sin ataduras físicas en forma de vivienda. Utiliza ese capital para vivir en el centro o donde quieras. Además, es muy fácil que lo que cobras por arrendar tu casa supere el precio que pagas por vivir de alquiler, con lo que habrás encontrado un ingreso que complemente tu pensión.
En términos generales, la vivienda puede ser fuente de ahorro en la jubilación. Si eres capaz de planificarte y no te importa cambiar de ciudad puedes estirar mucho más de lo que piensas tu pensión. Desde International Living publican un ranking anual con los mejores países para jubilarse teniendo en cuenta variables como el precio de la vivienda o el coste de la vida. En 2014 el destino más destacado fue Panamá. Aquí puedes ver los mejores países para jubilarte.
Rehipotecar tu vida por tus hijos
Cerca de los 60 es cuando los hijos se independizan y crean sus propias familias. Al hacerlo es fácil que necesiten ayuda de los padres bien para emprender un negocio o para comprar su casa. La mayoría de padres no duda en ejercer de avalista en estas aventuras, con todos los riesgos que esto conlleva.
Otra variante habitual consiste en usar parte del dinero de la jubilación para ayudar a los hijos. Desde un punto de vista estrictamente financiero se trata de una terrible opción, porque dada la cercanía del retiro suele ser imposible volver a recuperar ese capital. Sin embargo, en estas decisiones lo que prima no suelen ser los argumentos racionales sino el corazón.
Perder demasiado dinero al recuperar tu plan de pensiones
Si, como la mayoría de españoles, has invertido a través de un plan de pensiones, podrás recuperar el dinero al jubilarte. En ese momento deberás escoger entre cobrar una renta mensual, trimestral o semestral o recuperar todo el dinero de golpe, en forma de capital. Esta última opción puede sonar muy atractiva, pero también es fuente de disgustos.
Para empezar, debes tener en cuenta que pagarás más impuestos –aquí te explicamos por qué– y para seguir, es más fácil que dilapides el dinero acumulado antes de tiempo. El siguiente gráfico del libro “Lo que el dinero no dice”, de Manuel Álvarez Rodríguez, –aquí puedes leer la entrevista que le hicimos– ilustra cómo funciona la cuestión.
Planifica anticipadamente como vas a cobrar tu plan de pensiones y cuándo para pagar menos impuestos o verás cómo Hacienda se lleva buena parte de tus ahorros para la jubilación. Además, recuerda que no es obligatorio recuperar el dinero nada más jubilarte, sino que eres tú quien elige cuándo empezar a cobrar el plan o cualquier otra inversión que tengas.
Puedes recuperar tu plan de pensiones en forma de capital o como renta y acertar con la fórmula hará que pagues más o menos impuestos. Aquí te desvelamos la diferencia entre recuperar el plan de pensiones en forma de renta o de capital.
Seguir arriesgando parte de tu patrimonio
Si a los 50 llegaba el momento de ser más conservador, a partir de los 60 el riesgo a correr debe ser mínimo. Si tienes más del 10% de tus ahorros en renta variable estás arriesgando demasiado. Apuesta por activos con menos volatilidad y menos posibilidades de caídas, aunque sea a costa de un beneficio menor. En otras palabras, inversiones seguras.
Este es un esquema de cómo invertir según tu edad siguiendo la regla del 120:
Pensar demasiado en qué dejar a los hijos
A finales de la década de los 60 es habitual hacer balance de las posesiones y pensar en qué les quedará a tus hijos.Pero una cosa es dedicar un tiempo a organizar la herencia y otra bien diferente obsesionarse por dejar a los hijos el mayor patrimonio posible. Del mismo modo, tampoco es bueno el extremo contrario de gastar ‘como si no hubiese mañana’. La realidad es que nadie sabe a ciencia cierta cuándo le llegará su hora y hasta dónde deberá estirar los ingresos de su jubilación, así que más vale ser cautos.
Contar con la ayuda de un experto en inversión puede ayudarte a evitar estos errores de base y asegurarte una jubilación dorada. En este enlace puedes concertar una reunión gratuita con un planificador financiero.
Además, hay otra serie de fallos con el dinero que es muy fácil cometer y que no tiene que ver con edad. Da igual si tienes 20 o 50 años, estos errores no conocen de edades.
- Los tres errores más habituales de los españoles con su dinero
- Los tres errores típicos de los españoles al invertir
8 Comments on “Errores con tu dinero que debes evitar a los 20, 30, 40, 50 y 60 años”
Hola!
Llevo de ERTE desde abril. El SEPE me está pagando mal y tarde y BANKIA solo me ha dado lo equivalente a dos meses de lo que he dejado de percibir en lugar de los cuatro meses que llevo, porque dicen que lo que necesitan es el justificante del SEPE de cobro (que solo me han pagado dos meses) cuando en realidad necesitan el certificado de empresa, que ya lo tienen y justifica los 4 meses que llevo.
Además mi gestora me ha puesto hoy en duda que sean 6 meses que puedo retirar.
¿Puedo hacer algo?
Gracias
Buenas Elliot,
Desconozco los trámites exactos para cobrar el dinero de los ERTE, pero sí sé que se están produciendo retrasos. Si en las condiciones de cobro se indica que solo hace falta el certificado de empresa, entiendo que tienes base para reclamar que te reingresen el dinero.
Buenas tardes! Tengo 8.000 euros en un plan de pensiones y ya he cumplido los 10 años mínimos que me obliga el banco. Este año pago un 15 por ciento de un piso que he comprado, el año que viene tengo que pagar otro 15% y en 2021 ya las escrituras. ¿Hay alguna manera de que esos 8.000 que quiero recuperar el año que viene no me repercutan a la hora de la declaración de la renta? ¿Si justifico que es para vivienda, hacienda lo tiene en cuenta? (aunque no sean las escrituras).
Muchas gracias.
Buenas Urko,
Ese plazo de 10 años no cumple hasta 2025 en ningún caso. Es una reforma que se hizo de manera que el plazo de 10 años empieza a contar desde 2025.
Por otro lado, también debes saber que no hay ninguna forma en la que recuperar ese dinero no vaya a repercutir en la renta. Siempre vas a tener que pagar impuestos por ese capital.
,tengo 22 años y unos 20000€ hoy he ido al banco y he decidido abrirme un plan de pensiones(inversion) simplemente durante los 10 de legalidad hasta que pueda sacarlos. he metido 1000€ para abrir la cuenta y con una mensualidad minima de 50€, he creido que estaria bien, es un dinero simbolico cada mes, he creido conveniente invertirlo aunque me de poca rentabilidad, algo es algo. eso si. a los 10 años sacarlo ya qe en teoria me han dicho que es legal espero que me ayudeis y me asesoreis, un laudo gracias.
Buenas Nerea,
Escríbemos a contacto@preahorro.com con más datos si quieres que te ayudemos.
Me he prejubilado y la empresa es la que me paga la Seguridad Social y el sueldo. Tengo un plan de pensiones en Bankia y ahora no me lo dan porque dice que no es jubilacion. Yo quiero mi dinero ahora que es,cuando me hace falta, mi mujer tiene cancer y llevamos mucho gasto, ¿Qué podria hacer para que me lo dieran? a los 65 lo mismo estoy muerto. Los voy a denucias son unos sinverguenzas no le aconsejo a nadie que se lo haga para que luego no te lo den cuando lo necesitas
Hola Francisco,
Lamentablemente no estás jubilado, sino prejubilado y uno de los problemas de los planes de pensiones es su falta de liquidez. Es decir, no lo puedes recuperar salvo en determinados casos. Ahora se puede recuperar pasados 10 años pero sólo las aportaciones desde 2015. Siento no ser de más ayuda, pero en este caso hay poco que hacer.