Saber cómo ahorrar en la universidad y cómo gestionar bien tu dinero son habilidades que te ayudarán mientras estudias y que te acompañarán a lo largo de toda tu vida.
Y es precisamente ahora cuando te interesa adquirirlas porque estás en el mejor momento de la vida. Todavía no has cometido ningún gran error con el dinero que te pueda lastrar y tienes todo un futuro por delante para que tus finanzas y el dinero sean un aliado y no una losa.
Trabajar donde tú quieras y el tiempo que tú quieras, vivir donde te apetezca, visitar muchos países y viajar… ¿A que suena bien? Mejorar tu inteligencia financiera es la llave para lograrlo.
Dar ahora unos pocos pasos financieros, acostumbrarte a manejar bien el dinero y tener una buena relación con él marcarán la diferencia. Así podrás tener más dinero ahora y el día de mañana.
Estas son las claves para construir tu libertad financiera como estudiante y ahorrar en la universidad.
ÍNDICE
- 1 Ten peor móvil que tu vecino
- 2 Gasta en lo que te hace feliz de verdad
- 3 Pierde el miedo a la inversión
- 4 Aprende a ganar dinero y generar ingresos
- 5 Busca un trabajo
- 6 Aprovecha tu condición de estudiante
- 7 Ten cuidado con las ofertas
- 8 Y todavía más cuidado con las tarjetas de crédito
- 9 Haz un presupuesto (sólo si quieres)
- 10 Ten claras tus metas financieras hoy y mañana
Ten peor móvil que tu vecino
Las bases de las finanzas personales son universales y no cambian con la edad. Y la regla de oro en este sentido es sencilla: gasta menos de lo que ingresas y vive dentro de tus posibilidades.
Esta norma es tan simple como aburrida. A cambio, es enormemente efectiva. Adquirir el hábito de ahorrar es importante porque te permitirá conseguir el resto de metas que te propongas.
Sin ahorro no vas a poder irte de vacaciones, ni comprar un portátil o tomarte un año sabático al terminar la universidad. Es así de simple y por eso es tan importante acostumbrarte a reservar siempre una parte de tus ingresos, por pequeños que sean.
La forma más sencilla de lograrlo es a través del preahorro, que consiste en pagarte a ti el primero. Aquí te contamos cómo ponerlo en marcha.
Gasta en lo que te hace feliz de verdad
La segunda derivada de tener peor móvil que tu vecino es que gastes, que disfrutes de la vida ahora que eres joven. Las experiencias que vivas hoy marcarán tu futuro y por eso te interesa vivirlas ahora.
Eso sí, no gastes en todo. Gasta el dinero en lo que realmente te hace feliz y aporta valor a tu vida. Eso es lo que se conoce como conscious spending o gasto consciente y practicarlo te ayudará a ser más feliz.
¿Quieres saber por qué? Por un lado, porque te obligará a pensar en tus prioridades, lo que es importante para ti y por qué. Eso, a tu edad, puede marcar la diferencia.
Por otro lado, cuando el uso que haces de tu dinero está alineado con lo que te gusta, haces más cosas que te importan y que añaden valor a tu vida y dejas de hacer las que no. Y no, no solo hablo de dinero.
En términos económicos, dejarás de gastarte 500 euros en un móvil que no valoras solo para que el resto vean lo chulo que es y empezarás a dedicar ese recurso a otras cosas. Esto sirve tanto para el dinero como para tu tiempo.
Pierde el miedo a la inversión
Invertir puede imponer respeto y es normal. Nos han hecho pensar que hacen falta muchos conocimientos de economía y finanzas y dinero para hacerlo. Además, siempre está ese miedo a perder que tan poco nos gusta.
Es verdad que para invertir conviene tener unos conocimientos mínimos, pero también que hay otra parte relacionada con la constancia y la costumbre. ¿Te suena el dicho de que el hábito hace al monje? Pues con la inversión pasa algo parecido.
Lo más complicado es empezar y perderle el miedo a invertir. Las buenas noticias son que estás en un momento idóneo para hacerlo. Como estudiante tus responsabilidades financieras normalmente no serán elevadas. Con suerte no pagarás un alquiler ni tienes nadie que dependa de ti, así que puedes correr ese riesgo sin que existan grandes consecuencias.
Además, dispones de una ventaja adicional: el tiempo. El tiempo es el mayor aliado del pequeño inversor a la hora de rentabilizar su dinero. Aquí te cuento el motivo: el secreto de la inversión a largo plazo.
Por eso mismo, aprovecha esta etapa de tu vida para empezar e incluso para cometer todos los errores al invertir que tengas que cometer. Así cuando ganes dinero de verdad llegarás con la lección aprendida.
¿Necesitas un fondo de emergencia antes de invertir? La recomendación general sobre cuándo empezar a invertir es hacerlo tras sumar 6 meses de gastos fijos para imprevistos. Como estudiante normalmente no tendrás que esperar a conseguir este fondo y podrás empezar a invertir desde el primer momento. Tu cartera te lo agradecerá.
Aprende a ganar dinero y generar ingresos
Lo más normal como estudiante es que dependas económicamente de tus padres. Recibir ese dinero es cómodo, pero siempre tendrá sus límites. Esto supone un incentivo genial para buscar otras fuentes de ingresos.
Seguro que lo primero que te viene a la cabeza es un trabajo a tiempo parcial o de fin de semana. Y eso está muy bien, pero hay otras fuentes de ganar dinero fuera del mercado laboral tradicional.
Hay opciones de todo tipo y nivel de dificultad desde rellenar encuestas, realizar tutorías, dar clases, vender cosas que no usas o trabajar como freelance hasta otras más ambiciosas como generar ingresos pasivos.
Los ingresos pasivos son ingresos que no dependen directamente de tu trabajo como por ejemplo el dinero por la venta de un libro, una fotografía o una tienda online. También tu marca personal a través de redes sociales puede ayudarte a obtener ingresos pasivos.
👉 Aquí tienes 6 ideas para generar ingresos pasivos
Eso sí, no quiero mentirte al respecto. Conseguir ingresos pasivos no es sencillo ni rápido. De hecho, las mejores fuentes de ingresos pasivos requieren de tiempo o dinero. Esto es algo que no te cuentan de los ingresos pasivos y que debes conocer.
La ventaja de trabajarlo ahora es que te ayudarán a tener dinero hoy y a mejorar tus opciones laborales en el futuro. Por un lado, contarás ya con una fuente de ingresos que te permitirá buscar trabajo con otra perspectiva y menos necesidad.
Por otro lado, haber sido capaz de genera ingresos es una muestra de iniciativa propia y capacidad que muchas empresas valorarán positivamente.
Busca un trabajo
Por supuesto, también puedes buscar un trabajo más tradicional que te ayude a ganar ese dinero extra que quieres.
Al final, los ingresos pasivos ni son para todo el mundo ni son algo que haya que hacer sí o sí. Vas a poder construir tu libertad financiera como estudiante perfectamente sin ellos y con un trabajo al uso.
Estos son los consejos más importantes para gestionar bien tu dinero como estudiante y cuando eres joven. A partir de aquí hay otros trucos para ahorrar dinero en la universidad y hacerlo mejor con tus finanzas. Sin embargo, los pasos clave son los que acabas de ver.
Aprovecha tu condición de estudiante
Como estudiante tienes acceso a descuentos específicos en viajes, transporte actividades de ocio, restaurantes, cuentas corrientes y un sinfín de productos. ¡Exprímelos al máximo!
En otras palabras, no pagues de más si puedes pagar de menos solo por ser estudiante. Antes de planificar cualquier actividad, mira si puedes disfrutar de algún descuento en esa o una actividad similar.
Ten cuidado con las ofertas
Tampoco te dejes llevar por todas esas ofertas porque en ese caso terminarás gastando más de la cuenta en cosas que no te interesan.
Para que lo entiendas mejor, un descuento del 50% en unas zapatillas está genial si tenías pensado comprar unas o las necesitas. Y lo mismo con los descuentos por comer en uno u otro sitio o por ir al cine.
Una oferta está bien si te ayuda a ahorrar de verdad, no si te ayuda a gastar menos.
Y todavía más cuidado con las tarjetas de crédito
Como adolescente es fácil que te hayas familiarizado con las tarjetas bancarias de prepago (también en su versión móvil) y que pienses que las tarjetas de crédito son parecidas. En absoluto.
Con una tarjeta prepago o una tarjeta de débito gastas solo el dinero que hay en la tarjeta o en el banco. Con la tarjeta de crédito puedes gastar un dinero que no tienes y por el que después tendrás que pagar intereses.
Endeudarte con una tarjeta de crédito es extremadamente fácil, salir de esa deuda puede no serlo tanto.
El mejor consejo en este punto es que uses una tarjeta de débito y no de crédito y si vas a tener tarjeta de crédito, asegúrate de que no esté en modo revolving.
Las tarjetas de crédito son solo una forma de caer en la deuda. Evita endeudarte en la medida de lo posible porque la deuda es una mala compañera de viaje. Te hace gastar más de la cuenta y eleva tus niveles de estrés.
Haz un presupuesto (sólo si quieres)
Un presupuesto es una gran herramienta que sirve para controlar tus gastos. Es la forma tradicional de saber cuánto dinero ingresas, cuánto gastas y en qué.
Si tus ingresos son limitados es fácil que no necesites un presupuesto ni te interese tenerlo salvo para familiarizarte con él para cuando tengas que usarlo. Por ejemplo, para planificar un gran viaje puede que sí quieras saber cómo funciona.
Para tu día a día, el presupuesto es solo una herramienta más, igual que para tus finanzas. Si ya ahorras todos los meses, estás haciendo lo más importante para tus finanzas como estudiante.
Ten claras tus metas financieras hoy y mañana
Quien tiene un porqué, encontrará casi siempre un cómo. Esta frase ilustra la importancia de tener un propósito, un objetivo en la vida y también para tus finanzas.
Marcar tus objetivos financieros sirve para tener una meta y buscar el camino para alcanzarla. Ayuda a mantener el foco y también a medir tus avances. Además, solo el pararte a pensar en ello ya es un ejercicio que te pondrá por delante de la mayoría de personas de tu edad.
Una vez conozcas tus metas, podrás pensar cómo organizar tus finanzas en la universidad para conseguirlas.