Hay una cuestión que se repite en la mayoría de los españoles y es que entienden que ahorrar e invertir son dos cuestiones separadas cuando la realidad es que para alcanzar la libertad financiera es imposible entender una sin la otra. El motivo es que pensar en invertir es algo todavía da mucho vértigo y más después de casos como las preferentes y similares.
Por fortuna hay una solución muy fácil para quitarse de un plumazo estos complejos: un poco de información y cultura financiera. No te vamos a pedir que te conviertas en todo un Warren Buffett ni que sepas desentrañar los secretos del mercado, ya que para eso es mejor contar con la ayuda de un experto en inversión. Lo que sí te recomendamos es que tengas claro el riesgo que asumes con cada producto de ahorro porque en la mayoría de ocasiones se puede catalogar lo que estás arriesgando.
Para empezar debes entender que existe una relación entre el riesgo, la duración de la inversión y la rentabilidad que puedes esperar y que te explicamos en este enlace. A partir de ahí, en términos generales, cuanto más arriesgado sea un producto, más rentable debe ser, del mismo modo que cuanto mayor sea el plazo de inversión, más arriesgado suele ser. Los productos enfocados en el corto plazo tienden a ser los más seguros porque necesitarán recuperar tu dinero a corto plazo.
Este es el listado de productos de inversión que te encontrarás ordenado según sea una inversión segura o no.
- Depósitos y cuentas corrientes. En realidad no deberían catalogarse como productos de inversión, si no de ahorro dada su escasa rentabilidad, especialmente las cuentas corrientes. N este caso tu dinero estará 100% garantizado, incluso si quiebra el banco (en ese caso la garantía es de 100.000 euros).
- Productos garantizados. Su propio nombre indica que la inversión está garantizada, recuperarás como poco el 100% de lo aportado. El único pero en este caso es la rentabilidad, pero es el peaje a pagar por estar garantizado.
- Depósitos estructurados. Podríamos equipararlo a un producto garantizado, aunque dependerá principalmente de cómo sea su arquitectura. En estos casos lo que se recupera siempre es el dinero inicial, ya que de otra forma no estaríamos hablando de un depósito, y lo que puedes perder es la rentabilidad.
- Seguros de ahorro e inversión. El riesgo de un seguro de ahorro dependerá de su perfil Los Unit Linked y los PIAS son los más versátiles y en su versión decidida equivaldrían a un fondo de inversión en términos de riesgo. El resto de seguros de ahorro te devolverán como poco todo el dinero invertido, generalmente más una pequeña rentabilidad. Esto aplica a los PPA, PIAS (en su versión garantizada) y los SIALP, la versión aseguradora de la Cuentas Ahorro 5.
- Renta Fija a corto plazo con Bonos y Letras del Tesoro. Existe la creencia de que no se puede perder con la renta fija y no es cierto, especialmente cuando se invierte a través de un fondo. Una cuestión diferente es que compres directamente un bono español, alemán o estadounidense, en cuyo caso y salvo quiebra del país o quita siempre recibirás lo que marca el cupón. Otra cuestión es que el valor de ese bono fluctúe en el mercado secundario y puedas venderlo por más de lo que firmaste.
- Emisiones de deuda corporativa. La renta fija de las empresas. Se supone que la deuda de un país será más segura que la de una empresa, aunque no siempre tienen por qué ser el caso.
- Renta Fija a largo plazo, tanto soberana como corporativa. El funcionamiento es similar al de la renta fija a corto plazo, solo que cuanto mayor es el horizonte, mayor es el riesgo en caso de contratar a través de fondos, porque mayor es también la volatilidad. En el caso de las empresas, mayor es la posibilidad de que algo vaya mal.
- Fondos de inversión, Unit Linked y Planes de pensiones. El riesgo en este caso no está tan relacionado con el propio producto como con el tipo de fondo que se elija. Los fondos de inversión, planes de pensiones y unit linked son vehículos que invierten en diferentes activos con distinto riesgo. En otras palabras, puede haber fondos que sólo compren renta fija y otros que solo inviertan todo en bolsa, por lo que el riesgo será muy diferente.
- Bolsa y renta variable. El riesgo en bolsa es total. Puedes llegar a perder el 100% de lo invertido, como lo harías en un fondo de inversión. Casos documentados como el de Terra o Bankia más recientemente hay muchos. Esto no quiere decir que debas huir de la bolsa, porque si algo parece claro es que a largo plazo la bolsa siempre sube, pero sí que hay que tomárselo con cautela.
- Opciones binarias, Forex, Warrants y demás productos derivados. Son productos en apariencia sencilla, pero en el fondo muy complicado. Juntan la inversión con un punto de gusto por las emociones fuertes y apelan en ocasiones al adicto que todos tenemos dentro. Hay que tener cuidado con ellos.
Así lo ve la CNMV: el semáforo de colores
Después de varios años la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el organismo encargado de vigilar los mercados, se ha dado cuenta de la necesidad de dar información más clara y básica a los ahorradores acerca del riesgo que supone cada producto financiero que le pueden ofrecer en el banco. Para ello ha creado el semáforo de la inversión.
El semáforo se divide en colores que van del verde al rojo, de menor a mayor riesgo. Cada color implica una serie de características que debe reunir el producto de ahorro que figura en cada una de ellas.
Esto es lo que significa cada color en este semáforo de riesgo de la CMNV
Con el semáforo tendrás más claro el riesgo que asumes y podrás tomar decisiones al respecto.
Y si tienes dudas, en el curso Alta Rentabilidad te ayudamos a encontrar el producto que realmente se adapta mejor a ti.