Fondos garantizados y depósitos son dos de las opciones para el dinero a corto plazo y también para las inversores conservadoras.
Ambas han resurgido y vuelto a ganar protagonismo con el alza de los tipos de interés. Un depósito al 0,5% no interesa a nadie, pero un depósito al 3,5% ya parece más apetecible, aunque siga sin superar la inflación.
Y lo mismo ocurre con los fondos garantizados. Asegurar una rentabilidad mínimamente atractiva en un entorno de tipos de interés al 0% era tarea imposible. Por eso este tipo de productos prácticamente desaparecieron de la oferta bancaria y ahora han vuelto.
ÍNDICE
En qué se parecen los depósitos y los fondos garantizados
Depósitos y fondos garantizados se parecen en sus sesgo conservador.
Ambas son inversiones donde prima la seguridad frente a la rentabilidad. Es decir, ofrecen un rendimiento limitado a cambio de la certeza de que no perderás dinero en términos nominales (otra cuestión es lo ocurre por la diferencia entre rentabilidad nominal y real).
Las dos también funcionan con un plazo de inversión específico y normalmente largo. Es decir, que vas a tener que prescindir tu dinero durante un tiempo para poder recibir el tipo de interés pactado.
De hecho, una de las desventajas de los fondos garantizados que no te cuentan es que si recuperas tu dinero antes de tiempo la garantía no se aplica. En otras palabras, que rescatarás el capital, pero al precio de mercado de tus participaciones y ese precio puede ser igual, superior o menor a la inversión inicial. En resumen, que si no aguantas hasta el final podrías incluso perder dinero.
Diferencias entre un fondo garantizado o depósito
Las tres grandes diferencias entre depósitos y fondos garantizados se centran en su rentabilidad, liquidez y fiscalidad.
En términos generales los fondos garantizados ofrecen una rentabilidad superior a los depósitos. Un ejemplo es el Fondo NARANJA Garantizado 2026 de ING. Sí que existen depósitos más rentables, pero están en entidades bancarias extranjeras (se pueden contratar en España a través de Raisin).
La parte de liquidez es quizás la más importante para la mayoría de inversores. Esta liquidez mide cuándo vas a poder recuperar tu dinero si lo necesitas.
En un depósito ya sabrás de antemano si puedes cancelarlo anticipadamente y las condiciones. En el peor de los casos, te quedarás sin el beneficio del depósito, pero siempre recuperarás el dinero.
Esa es una de las características de los depósitos bancarios: nunca vas a perder dinero (salvo que sea un depósito estructurado).
Con un fondo garantizado la cosa cambia. Por un lado esa liquidez puede ser total o depende de ventanas de liquidez (ciertos momentos donde podrás recuperar el dinero). Además, casi siempre habrá fuertes comisiones por reembolsa el fondo, más si se hace fuera de las ventanas de liquidez.
A esto se suma lo que ya has visto: si cancelas antes de tiempo, recuperarás tu inversión a valor de mercado y puede que con pérdidas.
Por último, la gran ventaja del fondo garantizado está en su fiscalidad, aunque también tiene truco. Con un depósito tendrás que pagar impuestos al vencimiento y Hacienda reclamará por lo menos un 19% de tus beneficios.
Con un fondo garantizado no pagarás impuestos, aunque esa afirmación tiene truco. En concreto, no tributarás por tu dinero si lo reinviertes en otro fondo. Así logras diferir o retrasar el pago de impuestos y aprovechar mejor el interés compuesto.
Al final del camino pagarás impuestos igualmente, pero si lo haces bien, puede ser después de muchos años y mientras, ese dinero habrá servido para generar más intereses y acelerar tus inversiones.
Fondo garantizado o depósito ¿Cuál elegir en cada caso?
La clave para escoger depende principalmente de tus objetivos y qué capital vayas a destinar a uno u otro producto. La principal diferencia es que el fondo garantizado es un producto de inversión, el depósito es un producto de ahorro.
Si lo que quieres es seguridad absoluta y fiabilidad, el depósito está por encima del fondo garantizado. Menos rentabilidad, pero más seguridad. Con el fondo garantizado tendrás un rendimiento mejor, pero a cambio de asumir el riesgo de que, si necesitas el dinero antes de tiempo, puedes perder.
Una alternativa a ambos productos son los fondos monetarios. Estos productos invierten en deuda a muy corto plazo y son muy estables, aunque no 100% seguros. Es raro que pierdan dinero, pero pueden hacerlo.
La ventaja frente a los fondos garantizados es que no tienes que mantener el dinero durante un tiempo determinado para obtener rendimientos. La desventaja es que la rentabilidad no está garantizada.
🫢 Aquí te contamos las ventajas y desventajas de los fondos monetarios que nadie más te cuenta.
Este producto puede ser una alternativa cuanto quieres mantener un colchón de emergencia muy grande (más de los famosos 6 meses) y buscas algo de rentabilidad para ese dinero.
Para el resto de casos, una cuenta corriente o una cuenta remunerada pueden ser más adecuados.