Si hay algo que generalmente llama la atención de un producto financiero es su rentabilidad. La mayoría de ahorradores se fijará en ese dato a la hora de tomar su decisión por encima de otros factores. Sólo el riesgo es tan poderoso en la mente del ahorrador. Las entidades financieras lo saben y por eso se afanan en poner en letra grande y con colores vistosos este dato cuando es suficientemente atractivo.
Además, aprovechan las diferentes acepciones del término rentabilidad para publicitar la que más les interesa en cada momento, aunque siempre informan de todas por imperativo legal. Y es que por si no lo sabías existen diferencias entre el Tipo Nominal y el Tipo Real de una inversión, además de otros elementos como la TAE, que también debes conocer.
ÍNDICE
Qué es la rentabilidad nominal
La rentabilidad nominal es el porcentaje que el banco te da por tu inversión. Desde un punto de vista técnico, el Tipo de Interés Nominal o TIN es el tanto por ciento que expresa el coste total del dinero en una inversión. Es lo que efectivamente obtienes por tu dinero y estaría compuesto por el interés real y la tasa de inflación.
Cuando un banco dice que te dará una rentabilidad nominal del 5% por tu dinero, lo que está diciendo es que eso será lo que obtengas por tu capital y que de ese porcentaje deberás empezar a reducir diferentes costes.
Qué es la rentabilidad real
El tipo de interés real de una inversión tiene en cuenta también el efecto de la inflación sobre tus beneficios. Seguro que has escuchado alguna vez la siguiente frase: “la inflación se come tus ahorros”. No es ninguna exageración, sino una realidad.
La inflación hará que tu dinero valga cada vez menos con el paso del tiempo, año tras año. Lo que ocurre es que el valor del dinero no es el mismo en cada momento, como tampoco lo es el dinero en circulación. Imagina que hay sólo 100 euros en todo el mundo, su valor será alto y con ellos podrás comprar muchas cosas ¿Y si en lugar de 100 euros hubiese 100 millones de euros? Evidentemente perderían valor y podrías comprar con ellos menos cosas. Algo parecido es lo que ocurre con la inflación.
Como usuario, el efecto de la inflación es que el mismo café que antes costaba 1 euros con el cambio de año pasa a costar 1,2 euros. (estaríamos hablando en este caso de una inflación desbocada del 20%). En otras palabras, vas a poder hacer menos cosas con el mismo dinero, por lo que a efectos prácticos, vale menos.
Un ejemplo del interés nominal y real
La mejor forma de entender la diferencia entre el interés nominal y el interés real es mediante un ejemplo numérico práctico. Para ello te vamos a contar la historia de Juan, un preahorrador que invierte su dinero a un tipo de interés nominal del 2,5% y lo hace a un plazo 12 meses.
Juan dispone de 10.000 euros para invertir y este sería el rendimiento que obtendría.
Inversión de 10.000 € a 12 Meses | Tipo | Rentabilidad |
---|---|---|
Tipo de Interés Nominal | 2,5% anual | 10.000 € x 0,025 = 250 € |
Como puedes ver, para el cálculo de la rentabilidad nominal no hemos tenido en cuenta la inflación, que sí vamos a aplicar ahora. Para calcular la inflación suele utilizarse el dato del IPC del Instituto Nacional de Estadística (INE), que cambia cada mes. El dato debería situarse en torno al 2% (objetivo de inflación del Banco Central Europeo, BCE).
Esta sería la rentabilidad con una inflación del 2%:
Inversión de 10.000 € a 12 meses | Tipo | Rentabilidad |
Tipo de interés nominal | 2,5% anual | 10.000€ x 0,025 = 250€ |
IPC Proyectado | 2% anual | 10.000 € x 0,02 = 200€ |
Rentabilidad real | 0,5% anual | 50€ |
Como puedes ver, una vez restas la inflación a los tipos de interés nominales que te ofrece el banco, el escenario cambia radicalmente. Por eso mismo el objetivo mínimo siempre que inviertas debe ser superar la inflación.
La TAE, o cómo las comisiones también cuentan
Hasta ahora te hemos hablado de la rentabilidad nominal y real desde un punto de vista más académico y aislado de la realidad de los bancos. Si en algún momento has pasado por delante de una oficina habrás visto como casi siempre hablan de TAE o Tasa Anual Equivalente. Esta tasa es la fórmula que se han inventado para poder comparar inversiones a diferentes plazos y que puedas ver más claramente la rentabilidad de un depósito a 3 meses frente a otro a 6 meses, por ejemplo, aunque también puede aplicarse a los préstamos (aquí puedes ver los tipos de interés de un préstamo: TIN, TAE y CER).
Sin embargo, lo más importante de la TAE es que revela el rendimiento efectivo del producto en cuestión, porque incluye los gastos y comisiones bancarias, es decir, el dinero que te cargará la entidad financiera por formalizar el contrato, ser la depositaria de los valores y cualquier otra comisión que esté a su alcance. Habitualmente la TAE será inferior al TIN.
Existe una excepción que se aplica a los depósitos y en general a cualquier producto sin comisiones. En un depósito a 12 meses que paga al final del año, TIN y TAE coincidirán, pero si paga intereses de forma mensual o semestral, la TAE será mayor por el efecto del interés compuesto.
Esta sería la rentabilidad con una inflación del 2%:
Inversión de 10.000 € a 12 meses | Tipo | Rentabilidad |
Tipo de interés nominal | 2,5% anual | 10.000€ x 0,25 = 250€ |
IPC Proyectado | 2% anual | 10.000 € x 0,02 = 200€ |
Comisiones y gastos | 25€ | -25€ |
Rentabilidad real | 0,5% anual | 25 € |
La TAE será la que te diga por cuánto debes multiplicar tu dinero teniendo en cuenta las comisiones, aunque como el TIN, no incluye el efecto de la inflación.
Si quieres aprender a eliminar las comisiones, aquí te damos las claves para eliminarlas de tu cuenta corriente.
También pagarás impuestos
Si quieres completar la operación tampoco debes perder de vista los impuestos. Toda inversión implica el pago de impuestos y como explicamos en su momento el producto que elijas hará que pagues más o menos porque no todos tributan igual ni en el mismo momento.
Para nuestro ejemplo vamos a tomar como referencia un depósito, que cuenta con una fiscalidad muy simple aunque nada ventajosa. Con los depósitos pagarás impuestos cada vez que venza el plazo y lo harás en función de las siguientes tablas.
Ganancia (desde hasta) | Tipo que se aplica |
Menos de 6.000 € | 19% |
Entre 6.000 y 50.000 € | 21% |
Entre 50.000 y 200.000 € | 23% |
Más de 200.000 € | 26% |
Los impuestos los pagarás por la rentabilidad nominal que percibas, no por la real. Esta es la diferencia entre la rentabilidad real y nominal en una inversión. Siguiendo con el anterior ejemplo y asumiendo que no hay más inversiones, Hacienda te reclamaría al hacer la declaración de la renta 47,5 euros, con lo que tu rentabilidad real será todavía menor.
Cómo conseguir más rentabilidad para tus ahorros
Ahora que ya sabes la rentabilidad que muchos bancos y entidades publicitan no es la real, sólo la nominal, podrás tomar mejores decisiones para tus ahorros. ¿Tienes dudas sobre qué productos elegir? En el curso gratuito te descubrimos la estrategia de inversión que funciona y los productos adecuados para ponerla en práctica.
Acertar con el producto de inversión es algo más que fijarse en la rentabilidad real y nominal. Debes valorar su fiscalidad (clave, como has visto) y otras cuestiones como su liquidez.
4 Comments on “Rentabilidad nominal y real ¿Cuál es cuál?”
Buena explicación
Pero como se calcula la inflacion por intereses bancarios sí la ley dice que no se considerarán deudas solo compararse interés nominal con inflacion mi pregunta es como se hace el cálculo
Muy clara la explicación para los que no entendemos nada del tema!
muy claro y didactico