Vivir con deudas se ha convertido en un hábito para nuestra sociedad. Los hay que piden créditos para cualquier cosa, desde cambiar el aspirador hasta irse de vacaciones y los que los limitan a las grandes compras como el coche o la casa, que de otra forma tardarían años en poder adquirir en metálico.
Los datos del Banco de España cifran en 712.000 millones de euros la deuda del conjunto de los hogares españoles en el segundo trimestre de 2021, una cifra elevada, pero mucho menor que los 908.000 millones de máximo que se alcanzaron en 2008. Buena parte de esta deuda está vinculada a la vivienda, lo que deja un enorme margen para otro tipo de deuda no tan ligada a un objetivo vital para muchas personas: ser propietario.
Lo que las cifras no muestran es el porcentaje de personas que está a un pequeño imprevisto de endeudarse o las que han convertido los préstamos en su modo de vida. Y sin embargo vivir sin deudas es posible. Sólo tienes que ver este artículo donde encontrarás testimonios de personas que han conseguido tener libertad financiera y dejar atrás las deudas.
No son tan diferentes a ti como podrías pensar, simplemente han adquirido una serie de hábitos más saludables y un enfoque de vista distinto hacia el dinero. Estos son los hábitos de la gente sin deudas:
ÍNDICE
- 1 Conocen el valor del dinero
- 2 Conocen su situación financiera y prestan atención a lo detalles
- 3 No apuran su salario
- 4 Piensan a largo plazo y son pacientes
- 5 Tienen siempre un objetivo
- 6 Saben decir que no
- 7 Han interiorizado hábitos que les ayudan a ahorrar
- 8 Son capaces de vivir sin gastar: valoran las experiencias por encima de las cosas
- 9 Cómo vivir sin deudas paso a paso
Conocen el valor del dinero
Esto es quizás lo más importante. Tienen claro cuánto cuesta ganar un euro y nunca pierden de vista los esfuerzos que han realizado para conseguirlos. En otras palabras, saben cuánto vale su tiempo y actúan en consecuencia.
Cada vez que te endeudas estás pagando un sobrecoste por tu dinero y asumiendo un riesgo. Cuando pides un préstamo para irte de vacaciones restas valor a tu dinero simplemente por no querer esperar hasta tener el dinero en mano, por buscar una gratificación inmediata.
Un truco para vivir sin deudas y evitar esa gratificación inmediata es medir tus compras en horas de trabajo. Pensar que tu nuevo móvil supone medio mes de trabajo de nueve a seis hará que tu perspectiva cambie.
Conocen su situación financiera y prestan atención a lo detalles
Endeudarse puede ser una decisión voluntaria o el reflejo de un desequilibrio en sus finanzas personales, es decir, que los gastos superan sistemáticamente a los ingresos. Incluso cuando no sea así, puede que estén muy cerca de ese límite.
Las personas libres de deuda prestan atención a los detalles, son conscientes de sus ingresos y gastos y, sobre todo, de que los segundos no superen a los primeros. Este control hace que no paguen comisiones de más, que no haya descubiertos en cuenta o que corten por lo sano con los gastos de servicios que no usan, como el gimnasio o la suscripción a esa revista que ni siquiera lees.
En otras palabras, son conscientes de sus flujos financieros y de dónde gastan su dinero. Una forma muy sencilla de hacerlo es con un buen presupuesto. En el curso gratuito
En nuestro post de Apps para finanzas personales puedes encontrar herramientas que te ayudarán a seguir de cerca tus finanzas y llevar tu presupuesto al día.
No apuran su salario
Las personas sin deudas no se gastan hasta el último céntimo de su sueldo. En otras palabras: viven con menos de lo que ingresan y generalmente ahorran.
Hay diferentes fórmulas para lograrlo, desde hacer como que ganas menos hasta tener un presupuesto muy cerrado y la suficiente fuerza de voluntad para no saltártelo. Sin embargo, desde nuestra experiencia el método más efectivo es el Preahorro o pagarte primero a ti mismo. En el curso gratuito te damos las claves para empezar a preahorrar.
Piensan a largo plazo y son pacientes
El hombre está diseñado para pensar a corto plazo y buscar la gratificación inmediata, pero eso hace que no siempre tomemos las mejores decisiones. Un buen ejemplo es la monstruosa deuda que asumimos al comprar una casa a 35 años sólo por convertirnos ahora en propietarios y no esperar. La diferencia entre hacerlo de una u otra forma es que al final puedes terminar pagando el doble por la vivienda.
Quizás sea un ejemplo extremo, pero si quieres otros más cercanos, seguro que alguna vez has comprado por impulso unos zapatos, un reloj, un videojuego, esa cena en el restaurante al que tantas ganas tenías de ir… Y después has pagado las consecuencias teniendo que reducir otros gastos que eran importantes para ti o directamente has pagado de más cuando te han pasado el cargo de la tarjeta de crédito y no había dinero en tu cuenta.
Quienes no se endeudan son capaces de tener paciencia y no comprar algo que no entra en su presupuesto inicial o para lo que no haya ahorrado y pueda pagar sin financiar. De esta forma, además, ganas tiempo para poder valorar si realmente quieres o no esos zapatos y si cuadran en tu plan a largo plazo.
Tienen siempre un objetivo
Ahorrar por ahorrar puede ser muy duro. Las personas que ahorran comparten un hábito con los millonarios: tiene metas claras, generalmente a largo plazo con pequeños hitos en el corto plazo.
Este objetivo es el que les permite mantenerse motivado y hacer mucho más llevadero el camino. Al final es aplicar lo mismo que haces al planificar tus vacaciones, pero con metas que tienen más de unos meses de vida útil.
Además, esta meta te centrará y hará que sea más fácil no caer en la tentación de consumir sólo por quedar bien, por el qué dirán o por no ser menos que tu vecino.
Saben decir que no
Vivimos en una sociedad consumista e intercomunicada. A diario estamos expuestos a cientos de mensajes y estímulos para comprar de todo y a muchos planes con amigos y familiares. El último videojuego, el abrigo de rebajas que no necesitas, una cena con los amigos, las cañas después del trabajo, el último estreno de cine… La lista es casi infinita.
Decir que a las tentaciones consumistas puede ser más fácil, pero la cosa se complica cuando entran en juego las relaciones personales. No se trata de que declines todos los planes que te propongan y vivas como un monje de clausura, pero sí de que no te dejes llevar. Si el restaurante que han elegido tus amigos es muy caro, propón otra alternativa o declina la invitación.
Hoy en día hay multitud de opciones de ocio a coste cero e infinidad de formas de ahorrar para poder costearte el ocio que de verdad te importa. Tener un objetivo, una meta, es lo que ayuda a las personas que no tienen deudas a decir que no y no sentir remordimiento por ello.
Saben lo que quieren y valoran cada retraso en el camino a su objetivo.
Han interiorizado hábitos que les ayudan a ahorrar
Un hábito no es una costumbre en la forma de proceder, algo que hacemos de manera casi sistemática y sin darnos cuenta. Cambiar o adquirir un nuevo hábito no es fácil. Un reciente estudio de University College de Londres ha demostrado que se tardan 66 días en crear un hábito que pueda mantenerse durante años.
Las personas que no se endeudan han aprendido conductas y pautas que les ayudan a no endeudarse alegremente. Estas son cinco clásicas:
- Aprender a pensar como directores financieros. Antes de comprar algo nuevo se plantean cuánto valor pierde con el paso del tiempo y con qué rapidez. Eso hace que, por ejemplo, no tengan miedo de explorar el mercado de segunda mano -el fundador de Wall Mart nunca compró un avión nuevo pese a ser un aficionado al vuelo-.
- Calculan sistemáticamente el coste de la deuda. Antes de financiar, se paran a averiguar el sobrecoste que pagarán por lo que quieren comprar.
- Conocen el poder del dinero en efectivo. El dinero físico tiene un poder que no tiene tu tarjeta, te hace más consciente de lo que estás gastando en cada momento. Siempre serás más reacio a pagar 200 euros en metálico que con la tarjeta.
- Piensan en términos porcentuales. Son capaces de ver el ahorro en términos porcentuales y no sólo en bruto. Es decir, no se ahorran 2 euros en una chaqueta, sino un 20%.
- Son conscientes de los pequeños gastos. Si no están dispuestos a pagar 10 euros más en un restaurante por llegar 10 minutos tarde, tampoco lo harán por una comisión para sacar dinero del cajero o por un recargo en su cuenta.
Son capaces de vivir sin gastar: valoran las experiencias por encima de las cosas
Al final, la mejor forma de no endeudarse es no gastar y para eso no hay nada como rebajar tus expectativas vitales en términos de consumo. Dicho de otra forma, aprender a tener una vida minimalista en la que necesites menos cosas materiales.
Una cosa que hacen muchas personas sin deudas es sustituir las cosas por experiencias. Todas las cosas cuestan dinero, pero hay multitud de experiencias y planes que no. Además, una cosa se terminará rompiendo o simplemente no sabrás donde ponerla, pero una buena experiencia estará siempre contigo.
Vivir lejos de las deudas es posible, sólo es cuestión adquirir los hábitos que te permitan alejarte de ellas.
Cómo vivir sin deudas paso a paso
Estos hábitos que acabas de ver te ayudarán suprimir las deudas de tu vida o miniminzarlas. Si lo que quieres es una guía paso a paso para vivir sin endeudamiento, este es el camino que debes seguir:
- Preahorra todos los meses un porcentaje de tus ingresos y gasta menos de lo que ingresas.
- Crea un fondo de emergencia para imprevistos. Así evitarás endeudarte ante los gastos inesperados. Aquí puedes ver cuánto necesitas de fondo de imprevistos.
- Una vez lo tengas pon tu dinero a trabajar para generar libertar financiera.
Estos son los pasos para vivir sin deudas ahora y toda tu vida. ¿Y si ya estás endeudado? Aprender a vivir con la deuda es posible. De hecho, si tienes una hipoteca a largo plazo es algo que deberás hacer. Las dos claves para lograrlo son:
- Limitar las deudas a las imprescindibles
- Eliminar las deudas más elevadas, como por ejemplo las de las tarjetas revolving. En este artículo te contamos el método para terminar con la deuda.
10 Comments on “Hábitos de la gente sin deudas”
Estar invirtiendo a lo largo de tu vida en aquello que crees debes tener (casa y otros bienes), para lo cual, te has endeudado. Cuando te acercas a la edad de jubilación, haces efectivo parte de lo que adquiriste y de lo que ya piensas te puedes desprender. Liquidas deudas, tienes lo que quieres que, además te genera, y entiendes que necesitas menos.
Conociéndome, de no haber invertido, hubiera gastado igualmente mi dinero y no tendría nada.
Gran reflexión, sí señor.
Como cuando te dicen:»vas a ser el más rico del cementerio»..
Efectivamente, Mj,
Es una de estas frases para justificar el consumo y no el ahorro. Ahorrar es un hábito que te ayuda a cimentar tu futuro a ser más feliz hoy.
El concepto de libertad financiera es nuevo para mí, pero voy a apuntar a ese objetivo
Muy buena idea, esa es una gran forma de progresar con tus finanzas.
Una vez escuché una frase que me encantó… «Pedir un préstamo es robarle dinero a tu yo futuro» Eso se torna especialmente cierto si es para algo efímero como unas vacaciones o capricho que se esfuma en poco tiempo
Otra frase que me encanta «Todo está milimétricamente orquestado en esta sociedad para separarte de tu dinero», préstamos, tarjetas, publicidad, redes sociales que fomentan la envidia y provocan que gastemos más de lo que podemos para aparentar y no sentirnos inferiores al vecino…. y vemos que es aún más cierto cuando ahorrar está penalizado gracias a la inflación, que a la vez premia a los endeudados ya que su deuda pierde valor con el tiempo y gracias a dicha inflación
Por tanto la inflación es un invento de los gobiernos y bancos centrales para poder seguir endeudándose como si no hubiese un mañana y decrementar el valor de sus deudas a costa de los ahorradores que son los perjudicados. Es un impuesto más pero encubierto, para seguir derrochando lo que no es de ellos y poco les importa
De nada sirve despotricar y hacerse mala sangre con este sistema tan maravilloso que nos han impuesto, pero tomar conciencia de ello ayuda a no seguirles el juego y buscar soluciones para el ahorro, como la buena inversión
hay personas que por mas que trabajen nunca tienen dinero, porque se lo gastan en vivir felices siempre, como si nunca fueran a envejecer
Efectivamente, Isela, ese es un comportamiento muy habitual cimentado en pensamientos como «para qué ahorrar si no sabes lo que pasará mañana». Sin embargo, ahorrar para el futuro tiene un gran impacto en el presente gracias a la tranquilidad financiera.
Totalmente de acuerdo con el artículo, parece que hay gente que hoy en día se endeudan por gusto