Los peligros de los derivados financieros

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derivados financieros

Los derivados financieros son un instrumento financiero cuyo valor varía o deriva de la evolución de otro activo, que se denomina activo subyacente.

Esta es la definición más aceptada de lo que es un derivado financiero, un tipo de producto en el que seguramente no estés pensando en invertir, pero con el que muchos brókeres usan para que puedas invertir en acciones y otros activos como divisas.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) los considera productos de riesgo elevado y con razón. Los derivados financieros son productos complejos con los que hace falta experiencia en inversión para saberlos manejar.

En este artículo entenderás cuáles son los peligros de los derivados financieros.

Son productos COMPLEJOS (más de lo que piensas)

Tanto la CNMV como ESMA, la autoridad europea de valores y mercados, consideran que los derivados son productos complejos.

Nada como un ejemplo para entenderlo mejor. La definición de Warrant: contratos entre dos partes por la que el comprador se reserva el derecho a comprar o vender, aunque no la obligación, de un activo financiero en un plazo determinado de tiempo a un precio estipulado.

Y la cosa se complica todavía más si te adentras en cómo funciona y cómo invertir con ellos.

Este es solo un ejemplo que puede aplicarse a otros derivados financieros como los CFDs, turbo warrants, opciones o futuros.

📌 Los forwards financieros son quizás los derivados más antiguos. Se usaban para asegurar la compra o venta de materias primas a un precio determinado.

Así, el agricultor sabía de antemano a qué precio vendería parte de su cosecha hubiese mucha o poca demanda y el comprador se aseguraba un precio cerrado que le cubría si la cosecha había sido mala o aumentaba la demanda del producto y su precio.

A partir de ahí ya se empezaron a realizar operaciones especulativas sobre los plazos de entrega y surgieron los contratos futuros como lo que son hoy.

No compras un activo, sino un SUBYACENTE

La propia definición de derivado financiero es clara. Cuando inviertes en un derivado financiero no compras el activo en cuestión, compras un subyacente.

Este es uno de los riesgos de la inversión en CFDs o contratos por diferencias que muchos brókeres usan para invertir en acciones. En realidad, tú no adquieres el título, solo estás invirtiendo en un producto que se comporta igual, es decir, que sigue su precio.

¿Y eso qué consecuencias tiene? La principal es que tu inversión es papel mojado, no hay un activo que la respalde, solo un contrato con la otra parte.

¿Qué pasaría si la entidad financiera incumple con sus obligaciones? Pues que podrías perder todo tu dinero. Esto es lo que se conoce como el riesgo de contraparte.

Algo parecido ocurre con la inversión en Forex o divisas.

Puedes GANAR mucho y PERDER MÁS

Los productos derivados prometen grandes ganancias gracias al apalancamiento y es verdad que se puede multiplicar rápidamente la inversión, pero también hacer que pierdas más y más rápido.

⚠️El apalancamiento financiero es un préstamo que el bróker te hace para que puedas invertir más cantidad de la que aportas a tu cuenta. La mayoría de productos derivados trabajan con apalancamiento.

La razón es que el apalancamiento funciona en ambos sentidos: maximiza la posibilidad de ganar y también de perder. Antiguamente, se podía incluso terminar debiendo dinero al bróker.

Por eso mismo, ESMA obliga a que se incluya una orden para cerrar la operación si el nivel de los depósitos cae por debajo del 50% del depósito original y limita el apalancamiento al que puede acceder el pequeño inversor.

😱 La mayoría de brókeres te animarán apalancarte. Esta es una de las cosas que no te cuentan de los brókeres

Tienen fechas  de vencimiento

En el caso de los futuros, existe una fecha de vencimiento, que es cuando se ejecuta el contrato. Este contrato se puede liquidar por entrega o por diferencia.

En el primer caso, al liquidar el contrato comprarás o venderás el activo pactado al precio estipulado. Imagina que has comprado un futuro sobre 100 barriles de crudo y, no cierras la orden antes de la liquidación. ¡Te podrías ver con esos 100 barriles a tu nombre y los consiguentes costes de entrega y almacenaje! (hoy en día esto ya no pasa porque los brókeres suelen estar atentos y te avisan antes de llegar a este extremo).

La forma más habitual de liquidar el contrato es por la diferencia. En este caso, al vencimiento recibirás la diferencia entre el precio estipulado a futuro y el de la liquidación.

La mayoría se negocian en MERCADOS NO REGULADOS

Los derivados financieros pueden negociarse en mercados organizados o bursátiles, como ocurre con los futuros, o en Mercados OTC (Over The Counter).

Los segundos acumulan la mayoría de operaciones. Estos mercados OTC son mercados extrabursátiles que también se conocen como mercados no organizados. Este tipo de mercados financieros funcionan mediante acuerdos entre las partes.

De nuevo, esto hace que exista un riesgo de contraparte mayor. En otras palabras, que el bróker no pueda pagar lo acordado.

Puede ayudarte a CUBRIR POSICIONES

Los derivados pueden servir para operar con apalancamiento y especular a corto plazo, pero también tienen otras utilidades.

Los derivados son un instrumento de gestión de riesgo que muchos inversores utilizan como cobertura para cubrir sus posiciones. Así es como surgieron los primeros forwards financieros (acuerdos para asegurar la entrega de materias primas), de los que después se desarrolló el mercado de futuros para estandarizar los contratos y aportar garantías adicionales.

Estas estrategias también se usan al invertir gracias a los productos financieros.

Son para INVERSORES CON EXPERIENCIA

Por último, si algo debes tener claro es que los derivados financieros no son para todo el mundo. Hace falta experiencia y conocimientos para invertir en ellos.

Para el inversor de a pie hay otras fórmulas de inversión más fáciles por las que empezar, como la compra directa de acciones, los fondos de inversión o la inversión indexada.

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Mi nombre es Luis Pita y mi libertad financiera es de 14 años. Es decir, si mañana dejase mi empleo, podría mantener el mismo nivel de vida sin trabajar hasta 2036.

Soy autor del best seller “Ten peor coche que tu vecino” y me has visto enseñando ahorro y finanzas personales en TVE, Telecinco, Cuatro, La 2, Telemadrid y las principales radios.

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