Tu trabajo y esfuerzo no siempre tienen la misma recompensa. Hay acciones muy eficientes, que te acercan mucho al objetivo y otras con las que parece que no avanzas en absoluto.
El principio de Pareto o regla 80/20 es una herramienta que se usa en productividad y que también puedes aplicar a tus finanzas y la forma en la que ahorras. Gracias a ella ahorrarás de forma más efectiva, con menos esfuerzo y donde realmente importa.
ÍNDICE
Qué es el Principio de Pareto o regla 80/20
La Ley de Pareto es muy sencilla, debe su nombre al ingeniero italiano Vilfredo Federico Pareto y básicamente dice que el 80% del resultado proviene de un 20% de las acciones.
En una empresa, se traduce en que un 80% del beneficio de la empresa se concentra en un 20% de los clientes.
En deporte, un 80% de los goles o puntos de un equipo los anotarán un 20% de los jugadores.
Y en términos de productividad, implica que un 20% de las actividades son responsables del 80% de lo que consigues.
De aquí se deduce que hay acciones más eficientes que otras, con las que conseguirás un mayor resultado con menor esfuerzo. Esas son las acciones, clientes, procesos en las que deberías centrarte, también con tu dinero y en tus finanzas personales.
En resumen, unas pocas causas o hechos tienen un efecto enorme sobre el resultado final, mientras que otras apenas tienen incidencia.
👉 También se puede interpretar la ley de Pareto en otro sentido. Si para conseguir el 20% que queda hasta lograr la perfección o el 100% de un proyecto es necesario dedicar un 80% del esfuerzo, puede que llegar hasta ese punto no merezca la pena. En otras palabras, que más vale hecho que perfecto.
La siguiente imagen de Inma Ríos lo ilustra perfectamente.
¿De dónde viene la Ley de Pareto?
Pareto dio con esta regla en 1986 tras observar la distribución de la tierra en Italia. El filósofo se dio cuenta de que un 80% de la tierra estaba en manos de un 20% de la población y que esa misma proporción se mantenía en su jardín. Un 20% de las plantas producían en 80% de la fruta.
De ahí que también se denomine regla 80/20.
Desde un punto de vista matemático, la ley de Pareto es una distribución de ley de potencia entre dos cantidades, donde un pequeño cambio en una resulta en un cambio relevante en otra.
Cómo aplicar el principio de Pareto a tus finanzas
¿Es posible aprovechar este principio para ahorrar más y mejorar tus finanzas personales? Sí, y, además, es bastante sencillo e intuitivo.
Cuando se trata de finanzas personales, también hay una serie de acciones más eficientes que otras, que son las que marcarán la diferencia. Por ejemplo, el movimiento más útil en términos financieros es preahorrar.
En otras palabras, ahorrar a principio de mes y hacerlo de forma automática. Con una sola acción ya estarás ahorrando todos los meses de por vida.
👉 Aquí te enseñamos cómo empezar a preahorrar.
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También puedes aplicar el método de Pareto al ahorro o, mejor dicho, a la forma en la que ahorras dinero. De hecho, los mejores trucos de ahorro son los que están en ese 20% de acciones de las que habla la ley de Pareto.
Vamos a verlo con un ejemplo dividido en dos partes. ¿Por dónde empezarías a ahorrar? El error más repetido al ahorrar es empezar por los gastos relacionados con el ocio y centrarse solo en ellos.
El problema de estos gastos es que están relacionados con cosas que te gustan y que echarás de menos. En otras palabras, estarás renunciando a algo.
Frente a estos gastos, hay otro tipo de gastos que no aportan valor a tu vida y que no echarás de menos. Son gastos fijos que te da igual que sean mayores o menores, con una empresa o con otra. Los gastos de electricidad, telecomunicaciones y seguros son un buen ejemplo.
Además, son los que normalmente se comen la mayor parte del presupuesto.
La ley de Pareto o regla 80/20 puede incluso ir más allá y aplicarse a cómo reduces cada uno de estos gastos. Con cada uno de ellos hay una serie de acciones que conseguirán el mayor ahorro.
Por ejemplo, con la electricidad serán acertar con la potencia contratada que necesitas y escoger entre discriminación horaria o tarifa plana (tener una tarifa adecuada para ti). El resto de acciones sumarán, pero la mayor parte del ahorro vendrá por esas dos.
Lo mismo ocurre para ahorrar con la calefacción. Puedes hacer muchas cosas, pero lo óptimo es instalar un termostato o mejorar el aislamiento del hogar, aunque esto ya requiere inversión. ¿El resto de trucos de la abuela como cambiar las cortinas en invierno o cerrar las persianas? También ayudan a gastar menos energía en invierno, pero en mucha menor medida. El mayor ahorro viene por las dos acciones más eficientes, las que responden al principio de Pareto.