¿Se puede gastar lo que quieras y en las cosas que quieras sin ningún tipo de remordimiento? Sí, el primer camino es tan fácil como “hacer el avestruz”, agachar la cabeza, vivir la vida a todo tren y terminar con una deuda estratosférica antes de que te des cuenta. Por fortuna, la segunda vía no es tan nociva y en tres cómodos pasos conseguirás ese mismo objetivo –no el de arruinarte, claro-.
Gastar no es algo negativo por sí mismo, pero hacerlo por encima de tus posibilidades y sin un plan puede serlo y además tener consecuencias nefastas. Por eso el primer paso para gastar lo que quieras sin remordimientos es preahorrar. Si todavía no sabes lo que es, consiste en separar al principio de mes el dinero que quieres ahorrar prácticamente en el mismo instante que entra en tu cuenta y llevarlo a otra cuenta diferente. Con esta herramienta no importa lo que hagas con el resto del dinero, esa parte estará ahorrada, a buen recaudo y estarás empezando además tu camino hacia la libertad financiera.
El siguiente paso es estructurar tu presupuesto o hacerlo si todavía no tienes uno. Determina cuáles son tus principales partidas de gasto mensual incluyendo gastos fijos anuales y cuál será su distribución y añade uno destinado a ocio, caprichos, diversión… Puedes llamarlo como quieras, pero que sea la parte del presupuesto para disfrutar de tu dinero. Una vez hecho, sólo debes aferrarte a él y seguirlo.
Eso sí, sólo podrás hacer lo que quieras con ese dinero mientras no te salgas de lo estipulado en tu pequeño plan financiero. Podrás gastar esa parte de tus ingresos sin ningún remordimiento porque es la parte de tu presupuesto destinado a ocio pero, sobre todo, porque ya estás haciendo tus deberes, estás preahorrando.
Un paso más: pon tu dinero a trabajar
Sigue los dos pasos anteriores y habrás recorrido casi todo el camino. Pero si de verdad quieres gastar sin ningún remordimiento hay una cosa más que debes hacer: poner tu dinero a trabajar y pasar del aprobado que supone el ahorro al sobresaliente que supone la inversión. De hecho, en el actual entorno ahorro e inversión deben ir de la mano.
Empieza a invertir y a construir tu libertad financiera y harás más que la mayoría de tus conocidos, de forma que podrás gastar cómo quieras y en lo que quieras sin que además nadie pueda decirte si está bien o mal.
¿Es una locura gastar 300 euros al mes en ir al cine? A priori puede parecerlo, pero si es lo que realmente amas, lo que te llena y te motiva y cumples con los tres requisitos ateriores –ahorro, inversión y un presupuesto cerrado para caprichos-puedes hacer lo que quieras con tu dinero. Este concepto, que puede parecer extravagante, no es nuevo, es lo que Ramit Sethi, denomina en su libro I Will Teach You To Be Rich, “recortar sin piedad en lo que no te importa para gastar en lo que amas”.
Sethi pone además tres ejemplos concretos con gastos como 5.000 euros al año en zapatos o 21.000 euros en salir por ahí. Al margen de que es necesario tener una economía solvente para soportar ese nivel de gastos, en ambos casos se trata de personas que ahorran e invierten y que para poder destinar tanto dinero a lo que adoran y maximizar su presupuesto en ocio han recortado en otros ámbitos como la casa en la que viven –más modesta de lo que de otra forma podría permitirse- o en comer fuera de casa, por ejemplo.
Esta misma estrategia puedes aplicarla a tus objetivos financieros en general, no sólo a los gastos. Párate a pensar en tus prioridades vitales y toma las medidas necesarias para lograrlas. En este sentido, si quieres tener cinco años de libertad financiera, bien puedes modificar tus pautas de consumo para preahorrar siempre un poco más que el mes anterior y lo mismo puede aplicarse si tu sueño es comprarte una casa. La clave está en realizar un consumo y un ahorro consciente, que esté en línea con tus metas personales y financieras. Si lo haces, seguro que no sientes remordimientos por tus gastos ni por tus ahorros.
Apúntate al curso Libertad Financiera y aprenderás a gestionar mejor tu dinero y ahorrar mejor.