Pedir una excedencia laboral es uno de los pasos para disfrutar de un año sabático o tomarte un tiempo para emprender, por ejemplo.
Las excedencias laborales están precisamente pensadas para que puedas alejarte del trabajo sin perder tu puesto. Suponen la suspensión temporal del contrato de trabajo y te darán libertad para hacer lo que quieras durante ese tiempo: viajar, formarte, emprender e incluso trabajar en otra empresa.
Seguro que el concepto te resulta atractivo. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Una excedencia laboral también tiene sus sombras e inconvenientes que necesitas conocer para evitar sorpresas. Te resumimos las 5 cosas que no te cuentan sobre ella y la realidad oculta de la excedencia laboral.
ÍNDICE
Hay una duración mínima y máxima
La excedencia laboral no es infinita y tampoco te la puedes tomar si necesitas alejarte un mes del trabajo.
Hay una serie de tiempos máximos y mínimos que debes cumplir. En concreto, la excedencia o puede ser inferior a 4 meses ni superior a 5 años.
¿Qué pasa si se alcanzan estos 5 años de excedencia? Llegado el momento tendrás que elegir si vuelves a la empresa o te despides. Así de simple.
Tu puesto no está asegurado al volver
La excedencia laboral no incluye la reserva del puesto de trabajo. Es decir, que tu puesto laboral no está garantizado y la empresa no tiene obligación de guardar tu puesto.
De hecho, lo normal es que la empresa contrate a una persona para suplirte ¿Acaso tú no lo harías en tu compañía?
☝️ Hay una excepción a la norma. Con la excedencia voluntaria para el cuidado de hijos o familiares, sí que te reservarán el mismo puesto de trabajo hasta que vuelvas.
¿Qué sucede entonces con tu trabajo? Básicamente que vas a poder volver a tu empresa, pero no necesariamente al mismo puesto de trabajo ni tampoco cuando tú quieras.
Lo que la excedencia laboral hace es asegurar que tienes el derecho preferente a ese puesto de trabajo o a otro similar cuando exista una vacante. A efectos prácticos esto implica que:
- La empresa te puede asignar a otro puesto de trabajo con la misma categoría profesional o laboral. Lo que no puede hacer la compañía es cambiar tus condiciones de trabajo. Esto afecta al horario, el salario o el centro de trabajo.
- Puedes tener que esperar más de lo que quieres para volver a trabajar (y cobrar) si tu puesto está ocupado y la empresa no está contratando en ese momento. Y es que la empresa no tiene por qué reincorporarte cuando tú quieras si la plantilla está completa.
Para evitar este tipo de situaciones es posible pactar la reserva del puesto de trabajo al solicitar la excedencia, aunque eso funciona para excedencias de tiempo definido y solo si la empresa acepta.
Hay que cumplir ciertas condiciones para disfrutar de ella
La excedencia es un derecho de los trabajadores, pero hay que cumplir una serie de requisitos para que la empresa te la conceda.
Las condiciones generales son:
- Tener una antigüedad mínima de un año en la empresa.
- No haber solicitado una excedencia en los cuatro años anteriores.
En una excedencia voluntaria no tendrás ni siquiera que decir por qué o para qué quieres la excedencia, aunque es recomendable hacerlo. Piensa que después vas a querer volver a la empresa y hacerlo en buenos términos.
📌 En una excedencia por cuidado a familiares tendrás que demostrar que estás a cargo de un hijo pequeño o de un familiar que no puede valerse por sí mismo en ese momento.
La vuelta se prepara desde que lo dejas
Lo mismo te resulta chocante, pero esa es la realidad. Incluso si la excedencia es una vía de escape, prepara tu vuelva desde el principio porque está bien prepararse lo mejor, pero siempre hay que planificar para lo peor. Siempre necesitas un plan B y ese puede ser tu antiguo trabajo.
Y si lo que quieres es probar a emprender tu negocio o formarte, todavía es más importante que prepares tu vuelva para que sea por todo lo alto y como tú quieras.
Hacerlo no es nada complicado. La clave es salir de la empresa en armonía e incluso por la puerta grande.
Evita dejar la empresa en malos términos o de forma atropellada. Esto pasa por avisar con suficiente tiempo de antelación para que puedan buscar un sustituto y planificarse. Así demostrarás que te importa lo que pase cuando tú no estás, que te sigues preocupando por la empresa.
También es importante ser sincero con los motivos de tu baja. Si vas a montar tu propio negocio, dilo sin tapujos. Nadie se va a enfadar ni te van a boicotear. Es más, posiblemente hará que ganes puntos por tu iniciativa. En el mejor de los casos puede que incluso encuentres apoyos dentro de tu empresa.
¿La razón? Que es fácil que tu idea de proyecto esté en cierto sentido relacionado con tu sector y, si es así, a la compañía le puede interesar ayudarte.
😱 Si estás pensando en emprender, no cometas el error más repetido por los emprendedores al poner en marcha su negocio.
Una vez comiences el tiempo de excedencia no te olvides de tus compañeros. Mantén el contacto con tus jefes y el resto de compañeros de trabajo. Así es como conseguirás que no se olviden de ti y que sigan teniéndote en la cabeza.
De esta forma es más fácil que tu puesto de trabajo esté esperándote si decides volver.
Si no vuelves, olvídate del paro
Al final de la experiencia laboral tendrás que decidir. Puedes volver a la empresa o no hacerlo, eso depende exclusivamente de ti porque la compañía poco puede hacer si quieres regresar.
¿Qué pasa si no es el caso? ¿Podrás cobrar el paro si no te reincorporas? La respuesta es negativa. Para el SEPE esto equivale a dejar voluntariamente tu puesto de trabajo y, por lo tanto, no tendrás derecho a percibir la prestación por desempleo.